miércoles, 30 de mayo de 2012

¡Cuenta tu experiencia con ACI Costa Rica!

¡Cuenta tu experiencia con ACI Costa Rica!


Para darles una idea de lo que significa realizar un programa de intercambio voluntariado en el extranjero vamos a publicar testimonios de unos de nuestros participantes tic@s. ACI Costa Rica lleva más de 40 años mandando tic@s al extranjero y hay muchas historias y experiencias para contar. 

Si usted también ha ido en un programa de intercambio y quiere compartir sobre su experiencia escríbe un correo a long-term02@aci-cr.org 

Acá nuestra voluntaria Patricia nos cuenta sobre su experienca del programa de intercambio en Alemania:


Nombre: Patricia
Nacionalidad: Costarricense
Proyecto voluntario: Kindergaren Dunkerstrasse 14
Programa: ICYE 12 meses
Ciudad: Berlín
País: Alemania
Año: 2007 - 2008


"Hola,
 
Mi nombre es Patricia y estuve en Alemania 2007-2008 con ACI Costa Rica (ICYE)

Me gustaria colaborar contando un poco mi historia del intercambio, que no fue fácil porque al tercer mes queria regresar a Costa Rica, y en la oficina de ICJA (contraparte de ACI en Alemania) me ayudaron y motivaron a quedarme, al final aguanté todo el intercambio y luego no queria regresar!

Aca envio la carta de motivacion del intercambio que escribí antes de mi salida junto con un resumen que he hecho al final del proyecto para expresar mi sentir."

 

 

Motivación para realizar un año de intercambio voluntariado

Primero que todo este intercambio lo tomo como un proyecto de vida, una oportunidad que surge en el momento más indicado, ya que considero estoy en una edad en la que creo las experiencias las tomo con el aprendizaje preciso para acoger lo necesario para madurar. Siempre aprendiendo de lo bueno y lo malo de la manera mas positiva y provechosa posible.


Apreciando siempre lo que nos rodea, valorando lo apresurado que corre el tiempo. Conciente de que aun tengo tiempo en la vida para compartir, experimentar, conocer, adquirir conocimientos de culturas, creencias, idiomas e idiosincrasias diferentes a las mías, con un poco de temor, pero con ganas de asumir el riesgo/reto, motivada por la aventura, el sentimiento de solidaridad, siempre con la esperanza de ser feliz y hacer feliz a otros, siendo útil en la vida, tratando de dejar huella por donde paso, sintiéndome satisfecha y orgullosa de hacer sonreír a alguien que lo necesita, ayudar a alguien que lo precisa o simplemente conocer a personas agradables que me hagan ver que en este mundo todavía hay gente estupenda.


Siempre con una creencia firme de que hay que apreciar los detalles y las pequeñas cosas que nos suceden, porque de la suma de todo eso se constituye la felicidad.



¿Qué aprendí de un año de intercambio? 

Primero que todo cuando tomé la decisión de hacer un intercambio estaba consciente de que la aventura era rumbo a un lugar lleno de dudas e incertidumbre, pero estaba decidida a correr el riesgo para experimentar cosas nuevas. En primera instancia fue como volver a nacer; solo que de una manera diferente, ya con conciencia de las cosas, fue entrar a un mundo desconocido y volver a sentirme niña, a tener que pedir ayuda para hacer cosas tan simples, a sentirme impotente por no ser autosuficiente….. Pero conforme pasaba el tiempo me iba adaptando mas a la vida en Alemania y diariamente trataba de aprender, cuanto más mejor.

Aprendí a ser más independiente, más tolerante, comprendí que uno de los secretos de la felicidad reside en ayudar a los demás, aprendí a valorar más las cosas que si importan y a realizar que aferrarse a cosas materiales es equivocadamente una forma de ser feliz. Aprendí que el tiempo no tiene precio, ni valor, que simplemente hay que aprovecharlo al máximo y para eso se necesita disciplina, organización y planificación. También aprendí a pasar mucho tiempo sola y en silencio, entretenida con mis propias ideas para tratar de entender mejor la vida.

Vivir en una comunidad cristiana en un principio fue muy diferente y raro, pero con el pasar del tiempo me fui acostumbrando, hasta que llego el momento que me sentía tan bien y adaptada al a familia, tanto que al final del intercambio me sentía totalmente integrada y acoplada a la comunidad. Estas personas han marcado una diferencia muy grande en mi vida. Con ellos aprendí a trabajar mucho, a compartir, a colaborar y ayudar siempre sin ningún interés, aprendí que el mayor merito no es del que ofrece, sino del que recibe sin sentirse deudor. Y que el mundo está lleno de amor independientemente de cómo se manifieste.

Trabajar con niñ@s fue una experiencia muy enriquecedora, ha sido como haber ido a una escuela para prepararme para ser madre. Odio la rutina, pero con niñ@s cada día es diferente, es aprender y enseñar con ellos; aunque hubo momentos que por problemas de comunicación era difícil, pero ell@s con alguna ocurrencia, sonrisa o un simple mí querida Patricia me alegraban el día. En ese momento comprendí que las palabras no son tan importantes cuando se entienden las intenciones.

En conclusión en esta gran aventura conocí tanta gente que nunca olvidaré, por tod@s los momentos y enseñanzas valiosas que dejaron a su paso. 

“APRENDI A APRENDER”

Para tener información sobre los programas de intercambio voluntariado póngase en contacto con Danelia Chavarría: info01@aci-cr.org 2280-0898 ext 15